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Dom, Oct

El SUTSEM hoy: desde “Tijuana” y el presidente que no vieron

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* Lejos del presidente Peña Nieto se quedó la manifestación de sutsemistas; Águeda Galicia fue escuchada por guardias presidenciales. 

 

Tres bloques de policías se colocaron en el puente que cruza el río Mololoa, por el bulevar Colosio junto al hospital Puerta de Hierro. Vallas metálicas fueron amarradas con cadenas a los pasamanos del puente, y debajo de éste, más vallas. 

Así, la concentración de miles de agremiados del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Estado y Municipios (SUTSEM) quedó separado en dos bloques: del lado de Puerta de Hierro los que llegaron más temprano, y en el citado bulevar la mayoría.

Unas cinco líneas de policías era el primer contacto con los sutsemistas. A la mitad del puente, otra línea con menos agentes, aunque provistos con equipo antimotín. Y más atrás más policías. Y habrá que añadir el constante patrullaje alrededor de la zona.

La visita del presidente Enrique Peña Nieto motivó que el SUTSEM sacara a sus agremiados de sus trabajos para protestar, a riesgo de que les sea descontado el día.

Pero el amplio operativo en torno al auditorio De la Gente –con policías federales, estatales, personal militar-, donde se efectuó un evento con Peña Nieto y el gobernador Roberto Sandoval Castañeda, a propósito del anuncio de la incorporación de unos ocho millones de mexicanos al Seguro Popular, impediría que la gente del SUTSEM se acercara. 

Y se quedaron lejos.

A la líder sindical Águeda Galicia Jiménez se le permitió cruzar el puente y sostuvo un diálogo, bajo una carpa, aparentemente con funcionarios del Estado Mayor Presidencial y del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN).

Mientras tanto, a través de un equipo de sonido se pedía a los miles de sutsemistas, vestidos en su mayoría con camisetas blancas, que nadie intentara cruzar el río. Hagan de cuenta, se dijo por micrófono, “que estamos en Tijuana y allá es Estados Unidos”.

Pero dos hombres: el ex árbitro de futbol “El Mini” y un acompañante llegaron a una de las vallas bajo el puente y la empujaron. Del otro lado, jóvenes –al parecer estudiantes de la Universidad Tecnológica-, intentaron contenerlos, pero lograron colarse. Pronto llegaron más policías. “El Mini” fue llevado del otro lado, mientras su compañero era regresado. Ahí quedó el asunto.

“¡Déjenlos, méndigos, cabrones, suéltenlos!”, se oían gritos, mientras la mayoría pedía calma, que la manifestación no se alterara.

“¡Mini, Mini, Mini!”, corearon.

Allá a lo lejos se distinguía a Águeda Galicia y se le vio caminar junto a seguidores y guiada por funcionarios de la avanzada presidencial.

Los rayos del sol quemaban. Muchos se acercaron a la orilla del río pero no con intención de cruzar, sino para buscar sombra. Y es que había quienes llevaban varias horas bajo el sol. Los raspados, paletas, refrescos, aguas frescas, eran comprados con rapidez.

Un helicóptero sobrevolaba la zona.

A las 12:45 la líder sindical cruzó el puente, de regreso, y anunció que se había platicado con “gentes de las guardias presidenciales”, a quienes se puso al tanto de la situación que el SUTSEM enfrenta con el Gobierno del Estado y del plantón que mantienen desde hace más de ocho meses frente a Palacio de Gobierno.

Dijo creer que en unos 10 días se les dará una audiencia con Peña Nieto o que el asunto será resuelto, es decir, en torno a la inscripción de la toma de nota de la dirigencia sindical.

Agregó: el presidente estaba por llegar al evento en el auditorio y seguramente no lo verían. Pero lo importante, insistió, es que “aquí ya nos escucharon”, y que “sí se cumplió el objetivo y ahora a esperar soluciones. En estos días va haber solución favorable”. 

La manifestación concluyó alrededor de las 13:00 horas. Peña Nieto encabezó el evento sin contratiempo, ante un auditorio lleno. 

(Policías y sindicalizados. Foto: Oscar Verdín/relatosnayarit)

 

 

 

 

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